domingo, 20 de noviembre de 2011

Tan terrible parece ser la humedad que arroja tu cuerpo al irse despacio desapareciendo entre los jazmines que decoraban la mesa donde nos aguardaba una cena apetitosa sin vino y sin cebolla.
Cuesta creer que has arrojado tantas semillas en la tierra ni siquiera fértil que olvidé detrás de la puerta que aún no  cerré… ibas a venir algún día, yo te esperaba por las dudas  pero descociste relojes que no conocí y el tiempo determinante no supo arropar mis pies…

viernes, 28 de octubre de 2011

Y suena como sonó siempre. Con la misma tenacidad que tus labios supieron manejar, el crujido entre los dientes y las manos color miel. Sabe al fruto que derramaste entre mis piernas cuando pasaste de largo sin cerrar las puertas. No pasaron meses por mi piel ni arrugas por mis años, pronuncias mi nombre como si el segundero no supiese de tiempos. Que lindo es escucharme con la misma sonoridad que emiten tus pies cuando corres a mi llamado y declaras el nombre que creaste para mis caderas y mis rulos desordenados.
Saberte igual me devuelve seguridad. No todo está perdido. 

martes, 18 de octubre de 2011

No te culpo por tu olvido. No tenes nada que ver con este amor que he inventado para sobrevivir poemas. Porque pese a toda la locura que dejaste colgando en una enredadera que podé hace unos segundos antes de tomar la birome que se toma cuando la desesperación alcanza la noche de primavera helada, el papel que arrojé debajo de la mesa sin que escuches cantar los renglones que suplican un poco de dulce afrodisiaco. No tenes la culpa de mi locura. Yo he decidido sentarme en las vías esperando que los trenes comiencen a funcionar sin quejarme del dolor de espalda y los ojos marchitos cuando llega el alba y los soles me derritan el pelo de muchacha enferma. No diré tu nombre cuando pregunten quien derramó tantos versos en mi cartera, no mencionaré las letras que den cuenta que protagonizaste este viaje. No miraré tus ojos cuando quiera saber de amor. Cuando amantes me pregunten si he amado antes, no me acordaré de vos. Lo prometo. Por las dudas lo escribo. Y por las dudas también lo olvido.
En silencio y a puntas de talones oirás llantos que emanan de mis tobillos rogándote un suspiro desde la esquina que solté un beso a un cuello parecido al tuyo sin tu nombre, pero con tu olvido. No tendrás que nombrarme para calmar llantos que ya se escribieron, no salvaré tus penas de niño ingenuo, ni asomaras mi suicidio al trampolín. Destejé el hilo que cocía esta relación enfermiza. Y no encontraras agujas para volverlo a unir. 
sólo me quedo con tus malos tratos para que me den de escribir...

lunes, 3 de octubre de 2011

Siempre que me hablan de amor, es inevitable, pido perdón, me acuerdo de vos. No me es posible desviarte de mi cabeza en cada tema de conversación que invoque  el amor. Esas cuatro letras que te determinan en mi frente, como si estuviera ya escrito, lo llevo, me lo tatúo en el cuerpo con tinta china y pinceles desafilados. Perdón. Algún día lograré pronunciar esa palabra sin tenerte sentado al lado mío como un niño colgado de mi pollera pidiéndome un pedacito de cielo. Arrojo por las veredas tu nombre apoyado en mis caderas para que no tengas que prenderte al ascensor y subir conmigo y hasta dormir en el mismo colchón. Logro, eso sí o lo intento al menos, que te pierdas en el mismo instante que se pierde esa palabra, que te retires de mi mente con la a con la r con la m con la o, sin orden si quiera,o tal vez si, pero logro que tu estadía en mi mente sea tan fugaz, casi apenas, pero un instante, por un instante disfruto tenerte bien cerca.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

No tendrás escusas cuando sueltes pasos desabrigados por la ruta que te conduce aquel lugar que supimos ir mas no sabemos regresar… no serás quien corte pastos a mi costado del hormiguero donde me echo a mirar un poco el cielo y sentir tus bostezos descociendo tiempos. No iras de la mano de mi incertidumbre, no será mi duda quien te ajuste los cordones de tus zapatos rotos donde escapan tus dedos a mi encuentro para un perdón que consuele tu culpa de domingo suicida bajo la lluvia y sin paraguas y sin abrigo con el sol desde el tejado calentando los rayos de la noche que desaparece y se abre sombra en tu soledad infiel a ti porque viene conmigo cuando apura el frio y las agujas sueltan filo a la ceda de paja hincando el amor que acecha el asfalto con tacones y pelo largo.