domingo, 20 de noviembre de 2011

Tan terrible parece ser la humedad que arroja tu cuerpo al irse despacio desapareciendo entre los jazmines que decoraban la mesa donde nos aguardaba una cena apetitosa sin vino y sin cebolla.
Cuesta creer que has arrojado tantas semillas en la tierra ni siquiera fértil que olvidé detrás de la puerta que aún no  cerré… ibas a venir algún día, yo te esperaba por las dudas  pero descociste relojes que no conocí y el tiempo determinante no supo arropar mis pies…